Un extraño en mi vida by Christine Rimmer

autor:Christine Rimmer
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2008-12-31T23:00:00+00:00

Capítulo 9

¿Se dado la vuelta y había mirado a la mujer en el salón de baile? No lo podía recordar. Esa parte se había borrado. El sueño se había vuelto a transformar, ¿no? Había aparecido en… No lo sabía.

Se quedó tumbado boca arriba, junto a Tessa, escuchando el ritmo calmado de su respiración. No recordaba ningún sueño más, pero al menos había retenido alguna información: un despacho, una hermana llamada Zoe, el salón de baile, una mujer que lo había llamado «cariño» y a la que no había querido ni mirar.

Y un nombre. Su nombre. Ash.

Tessa había estado en lo cierto. Por lo que parecía se llamaba Ash. Ceniza, el polvo gris que quedaba en el suelo después de que todo se hubiera ardido. Eso era él. Ceniza.

Tessa se revolvió y entreabrió los ojos.

—¿Bill? —dijo con voz soñolienta.

Él le acaricio el brazo.

—Estoy aquí —contestó. La podía haber corregido. Haberle dicho que su nombre era Ash.

Sin embargo, no lo hizo. Prefería que lo siguiera llamando Bill. Era un buen nombre. Simple. Sin complicaciones. Claro.

—Estoy tan contenta —murmuró.

—¿Porque estoy aquí? —preguntó sonriente.

—Sí. Estoy contenta por despertarme a tu lado —confesó. Se dio la vuelta hasta que los dos cuerpos quedaron encajados como dos cucharillas.

Estaba seguro de que nunca antes se había sentido tan feliz. Abrazó la cintura de Tessa y con más fuerza. Quería perderse en la calidez de su cuerpo.

* * *

Cuando volvió a abrir los ojos, Ash estaba en el otro extremo de la cama y tenía enfrente el despertador. Eran las ocho y media de la mañana. Los números iluminados del reloj digital, indicaban que seguían teniendo corriente eléctrica.

Se levantó y abrió las cortinas. De nuevo se encontró con aquella luz grisácea. Todavía nevaba, pero mucho más suavemente. Y ya no hacía viento. Tessa se estiró y bostezó aún en la cama.

—Voy a ver si hay línea de teléfono… —dijo, y se estiró para descolgar el auricular del receptor que había sobre la mesilla—. Nada —añadió y soltó un suspiro.

Se ducharon juntos, lo que les llevó a hacer el amor. Desayunaron, dejaron que saliera la perra y esperaron a que volviera a entrar. Después se metieron en la cama y volvieron a hacer el amor.

Fuera, a media mañana, la nieve dejó de caer.

A mediodía vieron las noticias y el parte meteorológico.

—Supongo que mañana por la mañana, empezarán a limpiar esta carretera —comentó Tessa—. Así que a mediodía podremos salir de casa.

—Estupendo —dijo, esforzándose para mostrarse entusiasta. Le apesadumbraba la idea de salir de allí, de aquel mundo privado que habían construido los dos solos, en la casa, compartiendo horas y horas. Sin ninguna interrupción del mundo exterior.

* * *

Aquella noche en la cama, le pidió a Tessa que le contara más historias sobre su familia. Y ella accedió y le relató las aventuras de sus tíos Jared y Brendan, felizmente casados y con hijos. La esposa de Jared, Edén, llevaba The Hole in the Wall Saloon y el asador The Mercantile que estaba justo al lado.

—Espera un momento. Me contaste que tu abuela y tu abuelo tuvieron tres hijos —le dijo Ash.

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